domingo, 27 de marzo de 2011

Mis pequeños héroes.


De nuevo en la brecha dando todo trabajando.

Cada semana desde hace poco, me encuentro algunos días con un escándalo al llegar a trabajar. Desde primera a última hora.

Son los más pequeños de nuestros pacientes: corren, rien, saltan, se pelean, algunos lloran mientras les pinchan o están cansados y en brazos de sus padres. Otros son muy vergonzosos y se esconden tras las faldas de las mamás. En definitiva, como las personas mayores, los niños son distintos, cada uno con su forma de ser. Y los niños enfermos también.

Sin embargo, hay algo que no les pueden quitar y de lo que aprenderemos los grandes siempre: pocas veces he visto pequeños tan sensibles, tan solidarios, tan enamorados de la vida, tan felices en definitiva. A veces olvido lo que les ocurre, no puedo creerlo, así de simple. Y mientras, en cada calle de cada ciudad veo a los niños tan encaprichados de todo, a los padres con ese sentimiento de culpa y esa necesidad de malcriar como sea no vaya a ser que el nene tenga complejos...pienso en éstos chiquitines luchando en el día a día, pasando temporadas sin escuela, viendo pasar días en tras las ventanas del hospital pero jugando en cuanto pueden, animando a sus madres.

Gracias por ésta gran lección, enanos. Gracias por hacernos mejores cada día.

domingo, 13 de marzo de 2011

Vuelta a casa.

Estoy en casa. Estoy en nuestra casa, de vuelta, sin miedos, sólo una
inquietud suficiente para mantenernos despiertos. De vuelta, al barrio, a Sevilla lista y preparada para recibir la primavera.
Abrir los ojos cada mañana y saberme aquí, hace mucho que no tenía éstas sensaciones. Qué ocurrirá mañana..pues ya veremos.
Anoche salimos hacia la Alameda. La ciudad ha decidido cuajarse de azahar para recibirme, como si me dijese: "Bienvenida Paula, sólo por ésto debías venir". Es un manto de guirnaldas blancas a punto de abrirse en explosión de aroma. Y anoche, por San Jerónimo me vino la primera oleada de perfume, la primera del año: huele a cervezas a medio día, a tardes tibias, a feria de abril, a la manga corta, al momento más bello que tiene Sevilla.
Mientras me deje la ciudad, ésta será mi casa.

martes, 1 de marzo de 2011

Y al final...


Parece que vamos acercándonos al final del asunto.
Pese a todo, quiero seguir vaciándome en éste blog. Cuando muchos de vosotros sentáis la cabeza (no todos, está claro), yo me lanzo de nuevo a los senderos de la vida.
En ésta ocasión, no voy sola. Me alegro de intentar ser consecuente con mis ideas, es algo que espero que la vida me agradezca. A veces hay que tener más claro lo que uno no quiere que lo que se desea. Uf. Me ha costado mucho éste último año de mi existencia. Ahora, con más perspectiva, me gusta pensar en el buen trabajo realizado, en las personas queridas conocidas y en los enfermos a los que pude más o menos ayudar.
Mirad bien ese camino de la foto. Termina en una curva que es toda en sí una incógnita. ¿Qué habrá detrás?¿nos arrepentiremos?¿más vale malo conocido...?. Para qué negarlo, estoy asustada. Pero siento que no estoy siguiendo mi senda todavía. Un pasito y luego otro más, a ver cómo nos sale...